Cuando alguien se aproxima al mundo del coaching cree que en este ámbito, como en otros muchos, se le van a ofrecer, de manera inmediata, respuestas y recetas y que éstas les van a permitir que sus pequeños o grandes "atascos" se resuelvan en un abrir y cerrar de ojos...
Cuando ya en la primera sesión les comentas, qué es un proceso de coaching y qué pueden esperar de él, los que esperaban "recetas" se decepcionan y se van; otros piensan, a veces en voz alta, "además de pagarte voy a tener que trabajar"... pues SIIIII. Pero aquellos que, realmente, quieren crecer y desarrollarse plenamente se quedan y se ponen manos a la obra, porque no hay otro medio que no sea trabajándose y "pariéndose" a uno mismo como se consigue esta meta. Se trata como todos sabemos de buscar y rebuscar en nuestro interior, de ser honestos con nosotros mismos y trabajar aquellas habilidades que sabemos que tenemos pero que las "sacamos poco a pasear" o incluso descubrir que hay recursos y habilidades que no sabíamos que las teníamos pero ahí están dispuestas a salir.
Una metáfora que creo que es muy ilustrativa es mirar nuestro interior como si fuera una caja que en su interior guarda un muñeco sorpresa. El muñeco está desando que la "capa" se quite para salir esplendoroso, enérgico y demostrarnos que ahí está. Si, he puesto "capa" a propósito y lo he hecho porque, si todos y cada uno de nosostros nos preguntáramos: ¿cuantas capas tenemos, una sobre otra, que hacen que esa magnífica caja no pueda abrirse y desvelar su maravilloso interior?La respuesta sería abrumadora para todos. No sólo porque nos daríamos cuenta de que verdaderamente nos ocultamos bajo capas/armaduras sino también porque veríamos el número y el grosor de éstas.
Yo, desde hace un tiempo he decidio que voy a irme quitando capas, algunas pesaban demasiado y no me dejaban casi ni respirar, y os puedo decir que es un proceso muy liberador en todos los sentidos. Tu, ¿quieres probar a "desnudarte" o prefieres seguir cargando con tu "pesada armadura"?.
Alicia Alberola