jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Cuantas veces has dicho hoy: NO?

No se si depende de nuestra cultura o de nuestra forma de ser educados, por lo menos los de mi generación, pero no practicamos mucho el ejercicio de decir "NO" cuando realmente lo que queremos decir es eso: "NO". Pero además de decirlo poco cuando nos decidimos a "trasgredir las reglas" encima nos sentimos culpables. Im-presionante ¿no creéis?.

¿Por qué nos sentimos mal o culpables por decir que NO a algo o a alguien? ¿Qué hay detrás de ese SI pero con desgana que realmente es un "NO"? ¿Quién nos obliga a decir siempre SI y con buena cara? y si me atrevo a decir que "NO", ¿Qué pasa? ¿Qué se hunde? ¿Qué pierdo/gano? ¿Por qué tengo que decir SI a algunas peticiones de jefes/compañeros/amigos/familias/hijos que no nos parecen adecuadas, que incluso nos parecen a veces un abuso, o que simplemente no nos "apetecen"?

Considero que la asertividad debería ser una materia más dentro de nuestro currículum y aprender a ser asertivo, que como sabéis muy bien no tiene nada que ver con ser egoísta o egocéntrico. Si tanto en casa como en la escuela nos hubieran enseñado a tratar de tu a tu a ese temido monosílabo no nos encontraríamos en situaciones embarazosas y un tanto desagradables por la repercusión que a veces tienen para nosotros mismos.Todos hemos comprobado como cuando pedimos a un niño (libre de creencias y condicionamientos) que haga algo y éste no lo quiere hacer, lo que hace es decir NO, Y NO SE SIENTE CULPABLE... ¿Por qué no hacemos eso? ¿Qué hay de malo en ser sinceros con los demás y sobre todo con nosotros mismos?

Os propongo una tarea y es hacer una lista: en una columna ponemos aquellas cosas que hacemos a lo largo del día y con las que no estamos de acuerdo... o "chirrían" dentro de nosotros mismos, como diría mi amigo Josepe. Al lado de las tareas otra columna en la que podemos anotar consecuencias "fatales" de decir que NO a esa tarea y, por último, otra columna en la que anotamos y en Mayúsculas que vamos a hacer decir SI o decir NO. Ah! y se me olvidaba hay una última columna, quizás la más importante, en la que vamos a anotar como nos sentimos con la decisión tomada. Digo que es la más importante porque si realmente "sentimos" y vivimos esa decisiones se nos abrirán las puertas de un nuevo horizonte o se caerán de golpe las "fantásticas creencias" que nos llevan acompañando, desgraciadamente para algunos, desde hace mucho tiempo.

Yo he decidido que lo voy a hacer YA y estoy segura que esta decisión me va a liberar de muchas creencias y ataduras.

¿Te apuntas al asertiving?

Alicia Alberola
Co-active coach.
www.alberola.org/
alicia@alberola.org

sábado, 22 de noviembre de 2008

¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

..."Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?" El verdadero valor del anillo de Jorge Bucay.


Esta frase tan sabia recoge una verdad como "un templo" nos pasamos media vida pidiendo "a gritos" que nos acepten y nos valoren y la otra media frustrados porque lo que recibimos como feedback no es lo que esperamos....¿os suena verdad?



Si lo pensamos bien esto a su vez nos llevaría a una doble reflexión:


- Por un lado, ¿porque necesitamos de forma constante ser valorados y aceptados por los demás?Si partimos de la base que cuando actuamos lo hacemos de acuerdo a unos valores y principios sentidos y vividos, no habría ninguna necesidad de ir pidiendo opinión a nadie de si le gusta o no lo que hago/digo o que le ha parecido tal o cual acción. Muy al contrario si parto de esta base a lo que realmente debería llegar es, a no necesitar la opinión de nadie, porque yo, al actuar conforme a mis principios, ya he conseguido un objetivo muy anhelado por todos: la paz interior y el bienestar (estar-bien), como dice mi compañero coach Borga Milán, y, por lo tanto, lo que opinen los demás ME DA IGUAL!!!!



- Y por otro lado, quien nos ha dado su feedback, ¿esta realmente preparado/capacitado para "valorarme" en profundidad? Seguramente NO y, además, hasta que punto son objetivos sus comentarios o están influenciados por tu luz y la sombra que ésta les hace. Todos sabemos que ser objetivo a la hora de una valoración es sumamente difícil, primero, exige tener una cualificación como profesional y, segundo, tener una cualificación como persona, tanto una como otra son igualmente importantes y difíciles de encontrar en nuestros interlocutores.


En un momento dado en el que me había topado con una pequeña piedra en el camino he encontrado un gran apoyo en unos valiosos y sabios compañeros coaches, LA OCTAVA PROMOCIÓN DE VIVIR DEL COACHING. Todos ellos me han ayudado a ver:
- La parte positiva, que sin duda que hay, en los "malos" momentos o momentos bajitos.

- Que no pasa nada por decir NO, debemos decirlo más a menudo y no sentirnos culpables por ello.

- Que no podemos permitir que personas que no están cualificadas nos valoren.

- Que debemos conseguir estar en paz y ser siempre nosotros mismos, lo que querrá decir que estamos actuando en conscuencia con nuestros valores y sentimientos...

Gracias de corazón a todos y cada de mis compañeros por estar ahí y por el apoyo recibido. Sois increibles!!!!!

Alicia Alberola
Co-active coach.
www.aalberola.org
alicia@alberola.org
648123956

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Por qué y, sobre todo, para qué corremos tanto?

¿Quién nos dice que la felicidad, la plenitud, la realización personal y profesional están al final en la meta? ¿Cuanto de todo ello no perdemos por las dichosas carreras? E incluso dando por bueno que todo esté al final, en la meta,¿porque hay que ir corriendo?

No es que esté en contra del footing, que me parece un deporte muy saludable aunque no practico dicha modalidad, de lo que estoy en contra es de hacer todo corriendo, de correr porque todos corren, de correr porque hay que llegar el primero, de correr y correr sin más...

Muchas de estas preguntas ya me las he planteado en más de una ocasión, pero siempre lo he hecho de forma muy superficial nunca he ahondado o reflexionado sobre ello. Y después de pensar mucho, esta semana he decidido, otra cosa es que consiga cumplirlo todos los días, que no voy a correr demasiado, un poco sí porque es inherente a mi forma de ser, pero sólo un poco. A partir de este momento voy a coger aire, caminar y valorar todos y cada uno de los momentos de mi vida y para ello tengo el firme propósito de dejar de correr.

Y ya he empezado, esta semana ha habido un gran acontecimiento, porque ahora todos son grandes acontecimientos, para mí en vida profesional y me he prometido a mi misma que lo voy a saborear hasta desgastarlo. Antes lo disfrutaba pero muy a la ligera y enseguida ya estaba organizando o planteándome otro reto para salir corriendo, ahora NO. He decidido que no quiero correr más que nadie, que no tengo porque llegar antes que nadie a la meta, he decidido que lo que quiero es ir al ritmo que me permita disfrutar del camino, de sus flores, de sus aromas, de sus paisajes, de sus paisanajes y también, porque no de sus piedras que ahí están y de ellas también se aprende mucho.

¿Te apuntas a caminar y disfrutar o quieres seguir haciendo footing, en el peor sentido de la palabra?
Alicia Alberola
Co-active coach.
www.alberola.org
alicia@alberola.org

domingo, 28 de septiembre de 2008

Queremos recetas

Cuando alguien se aproxima al mundo del coaching cree que en este ámbito, como en otros muchos, se le van a ofrecer, de manera inmediata, respuestas y recetas y que éstas les van a permitir que sus pequeños o grandes "atascos" se resuelvan en un abrir y cerrar de ojos...

Cuando ya en la primera sesión les comentas, qué es un proceso de coaching y qué pueden esperar de él, los que esperaban "recetas" se decepcionan y se van; otros piensan, a veces en voz alta, "además de pagarte voy a tener que trabajar"... pues SIIIII. Pero aquellos que, realmente, quieren crecer y desarrollarse plenamente se quedan y se ponen manos a la obra, porque no hay otro medio que no sea trabajándose y "pariéndose" a uno mismo como se consigue esta meta. Se trata como todos sabemos de buscar y rebuscar en nuestro interior, de ser honestos con nosotros mismos y trabajar aquellas habilidades que sabemos que tenemos pero que las "sacamos poco a pasear" o incluso descubrir que hay recursos y habilidades que no sabíamos que las teníamos pero ahí están dispuestas a salir.

Una metáfora que creo que es muy ilustrativa es mirar nuestro interior como si fuera una caja que en su interior guarda un muñeco sorpresa. El muñeco está desando que la "capa" se quite para salir esplendoroso, enérgico y demostrarnos que ahí está. Si, he puesto "capa" a propósito y lo he hecho porque, si todos y cada uno de nosostros nos preguntáramos: ¿cuantas capas tenemos, una sobre otra, que hacen que esa magnífica caja no pueda abrirse y desvelar su maravilloso interior?La respuesta sería abrumadora para todos. No sólo porque nos daríamos cuenta de que verdaderamente nos ocultamos bajo capas/armaduras sino también porque veríamos el número y el grosor de éstas.

Yo, desde hace un tiempo he decidio que voy a irme quitando capas, algunas pesaban demasiado y no me dejaban casi ni respirar, y os puedo decir que es un proceso muy liberador en todos los sentidos. Tu, ¿quieres probar a "desnudarte" o prefieres seguir cargando con tu "pesada armadura"?.
Alicia Alberola

jueves, 31 de julio de 2008

¿Coaching? No, gracias

En mi corta vida como co-active coach me estoy encontrando con una reacción bastante común en diferentes personas, de diferente cultura, estatus social y económico.


Cuando comento lo que soy, en qué consiste el coaching y termino diciéndoles "te regalo" una sesión...no siempre, claro está, pero en muchas ocasiones me dicen de sopetón: "no, gracias".


Cuando indagas un poquito más en esa respuesta rápida y un tanto impulsiva te das cuenta que lo que, a menudo, ocurre es que "temen" lo que se pueden encontrar si reflexionan sobre vida y sobre todo temen que se les mueva de ese "área de confort" donde están instalados. En coaching se entiende por área de confort, la zona donde nos movemos a nivel personal, profesional, familiar,...es una zona que conocemos, que controlamos, que no nos va a dar ningún sobresalto, en la que a lo mejor no estamos confortables pero que nos resulta cómoda porque la conocemos bien y la tenemos "dominada".


Cuando tu preguntas y te dicen, como me comentó un cliente no hace mucho: "sé que hay aspectos de mi vida que me gustaría mejorar pero si modifico algo se me va a derrumbar todo lo que hay alrededor, reconozco que son cosas que la mayoría no me gustan pero están ahí y "soportan" todo lo demás". Entonces cuando ésto ocurre lo único que podemos hacer como coach, y como persona, es respetar su opción de vida, es tan válida como cualquier otra...Aunque debo decir que en alguna ocasión, conociendo bien al interlocutor, lo que he hecho ha sido "desafiarle" y plantearle la siguiente cuestión: ¿Quieres que tu vida discurra como una vía de tren que va por un valle, tranquila, sosegada, sin sobresaltos (ni positivos ni negativos), con un paisaje homogéneo que una vez visto ya no te aporta nada, por una vía cómoda de transitar porque no exige demasiado esfuerzos ni de subidas ni de bajadas...? o ¿prefieres una vida que discurra por una vía de tren de alta montaña, en la que hay muchos sobresaltos (tanto positivos como negativos), en la que el paisaje puede ser más o menos bonito y/o agradable pero nunca igual, en la que realmente es complicado transitar porque hay mucho esfuerzo cuando subes y una gran satisfacción cuando bajas... ?


Cualquiera de las vías elegidas son buenas porque las has elegido TU y cualquiera te puede llevar a conseguir todo aquello que quieres conseguir en la vida... ¿CUAL ELIGES?



Alicia Alberola

lunes, 14 de julio de 2008

Coaching versus socorro!!!

En una misma semana, la pasada, han coincidido dos clientes planteando la misma cuestión: ¿Como puedo ayudar desde dentro de la familia a alguno de los integrantes?

“Como familiar, como mujer, como madre, como pareja… no puedo ayudar a mi familiar, mi marido, mi hijo, mi pareja…a salir de un determinado “atasco” aunque lo deseo con todas mis fuerzas. Es decir, por más que intento hablar y ayudar lo único que conseguimos es discutir y que estas discusiones cada vez sean más agrias y desagradables”.

Es cierto, y llevan mucha razón. Cuando intentamos desde dentro ayudar, en la mayoría de los casos lo que conseguimos es que la persona a la que queremos se ponga a la defensiva y en lugar de escuchar los “consejos” y opiniones, que damos con nuestra mejor voluntad, lo que hacen es defenderse y atacar o en el peor de los casos “huir”.

En las dos ocasiones las personas que acudían a mi estaban completamente desbordadas y desesperadas porque no conseguían “llegar” a estos familiares que tanto aman, sabían lo que querían transmitir: apoyo y amor, pero algo les fallaba.

Ante esta situación en ambos casos mis preguntas fueron directas y claras:

¿Tu que crees que tu marido, tu hijo, tu…necesita de ti?

¿Aceptarías y apoyarías, sin condiciones, aquello que decida tu marido, tu hijo tu… si esto supone un peldaño para la consecución de su felicidad?

Las respuestas fueron sorprendentes y muy reveladoras para mis clientes. ¿Por qué? Por que se dieron cuenta que, por un lado, ellos suponían lo que el otro necesitaba pero “nunca” se habían parado a preguntar a sus familiares lo que realmente necesitaban y querían de ellos y de la vida. Y, por otro lado, porque lo que habían decidido que era importante era importante para ellos no para sus familiares.

Después de lo que ellos llamaron “desconcertantes preguntas”, decidieron que lo primero que necesitaban era un coach y luego “mandarían a sus familiares” si la situación no mejoraba.

Alicia Alberola

Co-active coach.

lunes, 7 de julio de 2008

Mi primer contacto con el mundo de Coaching

Va camino ya de los 2 años, y me parece un siglo por lo que he crecido, que por diferentes razones que no vienen al caso mi vida profesional tuvo un parón.


En un principio, y con la fuerza que te da la rabia por la injusticia que yo entendía que se había cometido conmigo, pensé que sería una pequeñísima zanja que tenía que atravesar pero con el tiempo me dí cuenta que no era una zanja sino un socavón.


Como todos sabemos el paso del tiempo es bueno para algunas cosas y procesos como el duelo, el crecimiento personal,..., el vino, la curación de los jamones, etc. pero también sabemos que para otras cosas es pésimo: por ejemplo la autoestima.
De un día para otro me encuentro en un momento de mi vida con: una determinada edad, estoy en la madurez y además estoy encantada de estar, felizmente casada y con cargas familiares, dos estupendos hijos, pero sin oficio ni beneficio. Había pasado de estar gerenciando una empresa con personas a mi cargo a "estar parada". Como decía al principio, mi primera reacción fue: "voy a montar otro negocio", y si puedo haré sombra a mi antigua empresa. Mi argumento de peso era: "ya lo he hecho una vez, ¿porque no lo voy a hacer otra?". Sé lo que hay que hacer, trabajar mucho y bien, sobre todo al principio, y sé lo que NO hay que hacer, dormirse en los laureles y esperar que los clientes vengan a ti. Nada pues me pongo...bueno pues como dice un, reciente y espero que por muchos años, amigo mío Josepe no veáis la cantidad de ánimos que recibí...Nadie pero lo que se dice nadie! que para que te vas a complicar la vida si no lo necesitas, no trabajes y cuida de tus hijos, no seas empresaria sino empleada que es más "fácil", ... sin comentarios. Al final, desistí y caí.


Un día, una vecina me comentó que una antigua compañera suya de trabajo estaba buscando una persona seria y responsable para hacerse cargo de un proyecto para una empresa muy importante. En ese momento, yo que estaba más mustia que mustia "me obligué" a llamar a esta persona y tuve una reunión con ella. Esta persona se llama Elena, es coach y es la primera que me aproximó al mundo del coaching de verdad. Después de charlar un ratito en una cafetería de un centro de negocios estupendo, me dijo: ¿Tu te has planteado alguna vez ser coach? y yo, que soy muy sincera, le dije que no y le pedí con cierta timidez que por favor, me dijera que significaba aquel "palabro".
Bueno de esto han pasado 2 años, soy co-active coach y estoy encantada de serlo. Como dije a mi familia y a mis amigos cuando me certifiqué, creo que es una de las profesiones más bonitas del mundo y en donde los resultados son realmente apabullantes y a muy corto plazo.


Mis agradecimientos más sinceros a mi familia, a mi ex-socio, a Elena, a Josepe y a todos y cada uno de los compañeros y clientes de los que no he parado de aprender en un sólo minuto de mi "corta vida", mis dos últimos años.