¿Qué ocurre en nuestro interior que hace que ante circunstancias que sabemos que no nos hacen bien seguimos en la misma trayectoria, sin salir de nuestro supuesto área de confort, pero pasándolo mal?
Hace unos días uno de mis clientes me comentaba que lo estaba pasando muy mal y que después de algunas sesiones de coaching había llegado a saber cual era el desencadenante de esta situación y, también, sabía como solucionarla. Entonces le pregunté: ¿qué es lo que te falta, ¿cuál es el empujón que necesitas? Como no me decía nada le "pinché" un poco para ver si así reaccionaba ... al final llegó a la conclusión de que si no se ponía en acción era porque no tenía garantías de que la decisión que tenía que adoptar, y que suponía su mejora, fuera realmente la adecuada.
Esto nos llevó a una reflexión: ¿De cuantas de las acciones que emprendemos al cabo del día tenemos garantía de que son las más correctas o las adecuadas? Si no hay garantía de éxito: ¿no me muevo? o ¿me muevo aunque el resultado exitoso no lo tenga garantizado al cien por cien ? Cualquier opción es buena.
Evidentemente, a lo largo de nuestra vida no siempre actuamos igual pero si sería interesante observar cual ha sido nuestra tónica general:
- ¿Andamos con pies de plomo a la hora de tomar decisiones?
- ¿Nos lanzamos a lo loco?
- ¿Valoramos los pros y los contras y nos lanzamos?
A todos nos han dicho o hemos oído en infinidad de ocasiones: "tomes la decisión que tomes siempre te equivocarás" o "la primera decisión es siempre la buena" y otras muchas... Yo, personalmente, me quedo con la segunda "máxima" y además la suelo llevar a la práctica con frecuencia y ¿sabéis porqué? Porque creo que ante situaciones que nos exigen tomar una decisión la primera que tomamos está siempre muy influenciada por la intuición, por nuestro interior, por aquello que no "chirría" o no y ésto le da un valor añadido que le quitamos cuando hacemos que esta decisión pase por nuestro intelecto y la razonemos.
¿Cuántos problemas nos evitaríamos y evitaríamos a los demás si dejáramos más cancha a la intuición?
Alicia Alberola.