Acabo de volver de Roma de un congreso al que he acudido sobre comunicación y marketing a través de SMS (es la otra faceta de Alicia Alberola). Cuando despegamos la sensación era por favor que no se estrelle y cuando ya ves que por ésta te has librado, te relajas y te pones a ver Barajas, los pueblos cercanos, Guadalajara, y así uno tras otro ...te pones a mirar y ves conjuntos de casitas y más casitas pero también ves lo insignificante que resultan estos conglomerados de casitas con respecto al territorio y te das cuenta que somos una gotita de agua en un océano. Aunque nos creemos que el mundo gira a nuestro alrededor afortunadamente esto no es así.
Me doy cuenta de que este subir sirve para coger altura física, obviamente, pero también para coger "PERSPECTIVA", pones distancia a todo: vida personal, vida familiar, vida profesional,...y te ayuda mucho a relativizar... y qué bien viene!!!!
Cuando, por fín, llego a Roma me ocurre lo mismo pero a la inversa. Hace muchos años que no he vuelto y mi único afán, antes del fatídico momento del aterrizaje, es localizar desde el avión todos los monumentos que yo recordaba "mis referentes en Roma" y voy localizando uno tras otro, ubicando y colocando en el mapa cada monumento, hasta que llega la hora del aterrizaje y de nuevo un MIEDO que ni os cuento hasta que pasa y vuelvo a dar gracias a Dios porque de ésta también me he salvado.
(Es bonito cambiar de pais, coger altura y ver desde el aire nuestra ciudad, ver y escuchar a otras personas de otras culturas pero con inquietudes al final muy similares a las nuestras...)
Es un proceso de despegue de una realidad propia, un llegar a una burbuja que mantiene todo a una distancia más que saludable, y un aterrizaje a una realidad ya diferente de cuando la dejaste, no sólo por el paso del tiempo, sino por tu crecimiento personal durante todo el proceso.
¿Cuánto hace que no "subes a un avión", o lo que es lo mismo, ¿cuánto hace que no pones distancia a tu vida?... a qué esperas?
Alicia Alberola.
2 comentarios:
Y ¡qué bueno es este ejercicio!, subirse a una noria, un avión, tomar altura sobre nuestros problemas y aprender a levantarte por encima de los miedos y...confiar, siempre confiar.
Yo, estuve mucho tiempo teniendo esa especie de respeto a "volar", por desconfianza, temor a caer, a los fallos, hasta que decidí pensar sólo en disfrutar de todo lo que se puede ver y sentir desde allí.
besos,
María.
Es cierto María, cuanto nos perdemos en esta vida por el miedo a "volar"!
Enhorabuena por tu valentia y muchas gracias por pasarte por mi "jardín".
Alicia
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